El cuerpo de Mohamed Abu Khder, de 16 años, fue enterrado este viernes en el cementerio de Suafat, en Jerusalén este, de donde es la familia del joven y donde fue visto por última vez antes de que fuera descubierto su cuerpo calcinado y con signos de violencia en un bosque de Jerusalén.
La procesión fúnebre hasta el cementerio congregó a miles de personas que gritaron durante todo el camino “la sangre de los mártires nos redimirá”.
El funeral ha coincidido con el primer viernes de Ramadán, que reúne habitualmente a miles de musulmanes en las explanadas de las mezquitas de Jerusalén.
Desde que apareció el cadáver, más de trescientas personas han resultado heridas en los enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí en varias zonas de Jerusalén.
El retraso en la entrega del cadáver por parte de las autoridades israelíes a la familia, tras un polémica autopsia, hizo aumentar aún más la tensión y fue una de las razones que provocaron graves disturbios en Suafat. Los enfrentamientos se saldaron con con quince personas heridas y el barrio amaneció hoy cercado por los cuerpos de seguridad israelíes.
Se cree que la muerte del joven es una venganza de radicales judíos tras el asesinato de tres estudiantes israelíes desaparecidos el pasado 12 de junio cuando hacían autostop cerca de la colonia de Gush Etzion, en Cisjordania.
Tel Aviv ha prometido una investigación independiente sobre lo ocurrido y el alcalde de Jerusalén ha asegurado que los responsables serán llevados ante la justicia.
Los jóvenes estudiantes israelíes fueron hallados sin vida casi tres semanas después de su desaparición y el hecho despertó una ola de ataques antiárabes por parte de nacionalistas judíos.