Al igual que Tierra Colorada, la capital michoacana, Morelia, fue escenario de protestas populares para exigir a las autoridades del estado la liberación inmediata de José Manuel Mireles, líder de las autodefensas. El gobernador sustituto, Salvador Jara, que acaba de estrenarse, en este asunto parece que se lava las manos. Allegados a su equipo jurídico revelan que la sartén la tiene por el mango el Ejecutivo federal, al que "no le agrada que la gente se ande organizando sola". De modo que la suerte de Mireles no se decidirá en instancias estatales sino en la capital del país. teleSUR