La alegría del gol y el disfrute del fútbol es una de las pasiones más grandes en Brasil. Ni eso pudo apaciguar la furia del pueblo brasileño que hoy más que nunca lo que menos le importa es su apasionado balompié.
A miles les ha llegado el agua al cuello, los mismos cuando antes con un plato de frijoles pero con fútbol podrían pasarla, hoy salen a las calles a gritar de enojo por no poder vivir con dignidad. La furia se acrecienta aún más, cuando les cuentan el dinero frente a su pobreza: su país gasta 11 mil millones de dólares en la organización de la Copa del Mundo.
¿Y las ganancias dónde quedan? ¿Qué ganan los brasileños cuando todo el mundo se divierte en y desde su país? ¿Son válidas las protestas? ¿Qué significa el Mundial de Fútbol para la gente pobre del Brasil? ¿Qué tan humano es el estratosférico gasto del Mundial mientras a millones en la pobreza? Es lo que se pregunta hoy "Detrás de la Razón".