El puntapié inicial en la inauguración de Brasil 2014 parecía ser uno de los momentos más esperados de la ceremonia. Un hombre parapléjico portó un exoesqueleto que le permitió moverse un pequeño período de tiempo para poder patear la pelota. Pero la televisación oficial lo tomó tarde y la imagen duró apenas unos segundos.
La idea de mostrar la tecnología aplicada a una finalidad humanitaria se disolvió entre los bailarines y la apertura de la pelota electrónica que sirvió como centro del espectáculo durante el baile. La cámara llegó tarde y solo se pudo observar al hombre vestido con un traje de Brasil y ayudado por tres personas.
El hombre que portó el traje especial que fue diseñado por un equipo compuesto por 156 científicos de todo el mundo, pudo patear la pelota gracias a los impulsos eléctricos cerebrales que le permitieron mover sus piernas.
"Es la primera vez que un exoesqueleto es controlado por la actividad cerebral y ofrece un feedback a los pacientes", dijo el neurocientífico brasileño Miguel Nicolelis, el coordinador del equipo de científicos.
El exoesqueleto funcionó obedeciendo las órdenes motoras del cerebro. Esas instrucciones lograron que sus piernas inertes por una lesión cervical en la médula espinal puedan volver a moverse.
Circuitos electrónicos que fueron instalados en los pies de la estructura le permitieron al paciente recibir un retorno sensitivo, a través de una piel artificial instalada en uno de sus brazos.
El traje utilizado costó 14 millones dólares y le permitió formar parte de la ceremonia inaugural a un hombre que quedó parapléjico y nunca soñó con volver a mover su cuerpo. Lamentablemente su rol dentro de la ceremonia quedó reducido y la televisión lo tomó demasiado tarde.