El sargento Lim se encuentra rodeado por tropas especiales a unos 10 kilómetros del puesto militar donde se produjo el ataque, cerca de la frontera con Corea del Norte.
Tras un intercambio de disparos con las tropas que le rodean, los padres del joven de 23 años han acudido a la zona para intentar que su hijo se entregue.
Un responsable militar explica que la operación de búsqueda ha movilizado a nueve batallones del Ejército.
Las fuerzas especiales han recibido la orden de disparar a matar si el sargento no se entrega. Se desconoce qué llevó a Lim, con problemas para adaptarse a la disciplina militar, a abrir fuego el sábado contra sus compañeros. Al huir, llevó consigo armas y munición.