Lo ha anunciado la Agencia de la ONU para los Refugiados, que cifra en más de en 51 millones las personas obligadas a abandonar sus hogares a causa de los conflictos.
Según las estadísticas publicadas por el organismo con ocasión del Día Internacional del Refugiado, ha habido 7,6 millones de nuevos desplazados en 2013 debido principalmente a las guerras en Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur.
Antonio Guterres. Alto comisionado para los refugiados:
“Hay un sentimiento general de impunidad. Surgen conflictos y aparecen casos dramáticos de violación de los derechos humanos. La comunidad internacional ha perdido una gran parte de su capacidad para evitar estas situaciones de conflicto y de solventarlas a tiempo”.
Globalmente, la mayor población de refugiados en el mundo es la de afganos, dos millones y medio, prácticamente la misma cantidad de sirios y un millón cien mil somalíes.
Líbano es el país con más refugiados por habitante: 178 por mil habitantes, seguido por Jordania, con 88 y el Chad, con 34.
Antonio Guterres:
“La solución es política. Solo hay una forma de que no haya desplazados, que es que no haya conflictos. Que haya paz. Y esa es la capacidad que nos falta en el mundo actual”.
El conflicto en la República Centroafricana ha crado una crisis de hambruna a nivel regional. Más de 220 mil personas han huido a los países vecinos. La mayoría ha puesto rumbo al Chad, Camerún y a la República Democrática del Congo. Muchos presentan signos de malnutrición.
Izungu Laris. Refugiada de la República Centroafricana:
“Aquí no tenemos comida. Antes había suficientes alimentos, pero debido al incremento de la población, ahora hay poquísima comida”.
Con todo, el número de desplazados supera ampliamente al de refugiados: 33 millones de personas se encontraban desplazadas dentro de sus países a finales de 2013 como consecuencia de los conflictos y la violencia, lo que significa un aumento asombroso de 4 millones y medio con respecto a la cifra de 2012.
Inevitablemente, el flujo masivo de refugiados o desplazados pone a prueba los recursos de los lugares de acogida. A lo largo de la crisis de Siria, Líbano, Jordania y Turquía han mantenido abiertas sus fronteras. Las últimas cifras señalan que ya hay cerca de un millón de refugiados sirios en este último país.