Las fuerzas de seguridad iraquíes multiplican los controles en las principales ciudades del país para evitar el avance de los yihadistas suníes.
La movilización de voluntarios está siento determinante para combatir a los insurgentes del Estado Islámico de Irak y del Levante.
Un iraquí relata que en la ciudad petrolera de Kirkuk la situación es muy buena, debido a que “las fuerzas de seguridad y las tropas kurdas tienen el control”.
En la última semana, en torno a dos millones de iraquíes se han presentado como voluntarios en respuesta al llamamiento hecho por el clérigo chií más influyente del país. El primer ministro Nuri al Maliki pidió el jueves a los reservistas que se unan a la lucha para contener el avance de los radicales suníes, que buscan crear un califato en Irak y Siria.
“He venido en respuesta al llamamiento hecho por el ayatolá Ali al Sistani, para combatir a los militantes”, cuenta un voluntario.
El Gobierno iraquí también ha recurrido a la propaganda para frenar la ofensiva insurgente. En la televisión estatal se emiten desfiles militares y cantos patrióticos que recuerdan a la era de Sadam Husein, cuando el exdictador luchó contra Irán en los años 80 del siglo pasado.