Nada está claro, ni mucho menos decidido pese a que un portaviones y dos barcos de guerra navegan hacia el Golfo Pérsico. Obama, que ha analizado la situación con los líderes del Congreso estadounidense, sabe que cualquier opción es delicada.
¿Tropas sobre el terreno? Parece difícil porque la retirada de Irak y Afganistán fue su estrategia en materia de política exterior. ¿Entonces?¿Ataques aéreos selectivos?¿Drones?
“Estados Unidos se reserva el derecho de actuar en defensa de sus intereses nacionales en materia de seguridad, si el Comandante en Jefe cree que es necesario, en este y en todos los casos. Aunque repito, una acción militar directa estadounidense no resolverá los desafíos a los que se enfrenta Irak, al menos una intervención en solitario”, explicó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
La vía diplomática es otra opción pero el ministro iraquí de Exteriores, Hoshiyar Zebari, encontró un ambiente frío en su visita a Riad. Y es que se sospecha que Arabia Saudí, principal potencia suní de la región, podría estar colaborando con la insurgencia yihadista.
