En el plano político, la guerra fría terminó oficialmente hace tiempo. Sin embargo, en el ámbito económico los esfuerzos de Rusia por restaurar el poderío e influencia en el espacio postsoviético están de plena actualidad.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha demostrado en la crisis de Ucrania que está dispuesto a todo por llevar a cabo este proyecto, incluso a colisionar con Estados Unidos y Europa.
Putin sueña con que Rusia se alce otra vez, y este sueño pasa inevitablemente por América Latina, una región emergente y con una inmensa riqueza en recursos naturales, sobre los que las otras dos superpotencias, Estados Unidos y China, ya han extendido sus redes.
Por eso, el Kremlin ha intensificado su actividad diplomática en el subcontinente, en pro de consolidar una relación que ya es políticamente fluida pero aun tiene aristas por definir en lo económico.
Hoy, en El color del dinero, hablaremos sobre los vínculos que unen al gigante ruso con Latinoamérica, y cómo estos condicionarán el futuro de la economía global y la geopolítica.