Los yihadistas juegan la carta del terror en su fulgurante ofensiva en Irak. Los insurgentes del Ejército Islámico en Irak y el Levante se jactan de haber ejecutado a sangre frÃa a 1700 miembros de las fuerzas de seguridad. El EIIL ha mostrado unas fotografÃas en las que puede verse a milicianos disparando a decenas de hombres con las manos atadas a la espalda.
El efecto propagandÃstico de esta posible masacre ha conseguido neutralizar el inicio de la contraofensiva anunciada por el Gobierno de Al Maliki.
En pocos dÃas, unos pocos miles de islamistas han conseguido tomar el control de Mosul, la segunda ciudad petrolera más importante del paÃs y rediseñar el mapa iraquÃ. Con la excusa de proteger Kirkuk, los pershmergas kurdos se han instalado en ese enclave, que queda fuera de sus provincias autónomas del norte.
Los insurgentes afirman haber entrado el domingo en la ciudad de Tal Afar y y amenazan con avanzar hasta Bagdad y los santuarios de Kerbala y Nayaf. Mientras el Gobierno central recluta voluntarios y las antiguas milicias populares- como la de Muqtada Al Sadr- se preparan para defender los lugares santos chiÃes.
Estados Unidos, además, podrÃa entablar un diálogo directo con Irán para coordinar algún tipo de estrategia de apoyo al Gobierno de Nuri Al Maliki. Tanto Washington como Teherán, descartan en principio enviar tropas a Irak pero están dispuestos a proporcionar otro tipo de cobertura militar o financiera.
