Los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) continúan su avance en Irak. Los radicales suníes están destruyendo los puestos de control que encuentran a su paso entre la frontera siria e iraquí. Eliminan con ello cualquier muestra de división fronteriza en el territorio suní en el que prentenden instalar un califato islámico, entre Siria e Irán.
Las fuerzas de seguridad iraquíes han recuperado el control de tres ciudades próximas a Bagdad. Con esta contraofensiva pretenden reconquistar las zonas arrebatadas por los insurgentes durante esta semana. En 72 horas, el EIIL, apoyado por combatientes tribales y otros grupos afines, se ha hecho con el control de Mosul y su provincia, Tikrit y otras regiones de las provincias de Saladino, Kirkuk y Diyala. Bagdad es el objetivo actual de los yihadistas radicales suníes.
El primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, ha fijado en la ciudad suní de Samarra la base de operaciones para la contraofensiva militar. Los yihadistas odian a Al Maliki, al que acusan de marginar y perseguir a la minoría suní de Irak.