Sao Paulo, ciudad donde se inaugurará el Mundial de Fútbol dentro de cinco días, vive un tercer día de huelga en el metro sumida en el caos. Los huelguistas y la policía protagonizaron un tenso cara a cara, ayer. Los agentes utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los trabajadores en alguna estación. Hubo al menos un detenido.
Los huelguistas rechazaron una subida salarial del 8,7%. Reclaman que sea de al menos un 12,2%. Aseguran que su salario actual no les permite mantener a sus familias en una de las ciudades más caras del mundo.
Tres de las cinco líneas del metro sufrieron paros parciales, que complicaron enormemente la vida a sus cuatro millones y medio de usuarios cotidianos.
“El metro no funciona, los autobuses están llenos de gente, es un caos. No hay manera de ir a trabajar”, se lamentaba una usuaria.
La huelga de metro provocó atascos récord en Sao Paulo, que superaron los 250 kilómetros. Los que decidieron optar por el autobús, sufrieron horas de colas y aglomeraciones.