Los actos conmemorativos del desembarco en Normandía comenzaron de forma solemne. En Colleville-sur-mer, junto a la playa de Omaha, uno de los puntos calientes del Día D, el presidente estadounidense Barack Obama expresó su gratitud a los combatientes.
“Cuando el mundo os haga sentir cínicos, parad y pensad en estos hombres. Todos los veteranos del Día D, si podéis levantaros, hacedlo, por favor. Si no, por favor, alzad la mano. Dejadnos honrar una vez más el servicio que habéis prestado. Estos hombres combatieron para que nosotros conociésemos la paz. Se sacrificaron para que pudiésemos ser libres. Lucharon con la esperanza de que llegase el día en el que ya no necesitásemos luchar. Les estamos muy agradecidos”, dijo en su discurso.
No muy lejos, en la Catedral de Bayeux, tuvo lugar una ceremonia para rendir homenaje a los caídos. Entre otros participaron el primer ministro francés Manuel Valls y el primer ministro británico David Cameron. El acto estuvo presidido por el príncipe Carlos de Inglaterra, a quien su madre dejó encabezar la comitiva. Poco después, la propia reina Isabel II participaba por su parte en otro homenaje, en este caso en el cementerio militar británico de la localidad.
La mañana terminó en el Château de Bénouville, donde tras la foto de familia tuvo lugar el almuerzo oficial previo a la ceremonia internacional que cerró la jornada.