Emotiva celebración del 70º aniversario del Desembarco de Normandía, que no ha estado exenta de carga diplomática dada la actual crisis en Ucrania. El presidente francés, François Hollande ha ejercido de anfitrión y ha recibido a los diferentes líderes mundiales en la playa de Riva Bella, uno de los principales puntos de la operación, para la ceremonia internacional, acto final de la jornada.
Las conmemoraciones, que han propiciado un acercamiento entre Petró Poroshenko y Vladimir Putin, presidentes ucraniano y ruso, han servido a Hollande para lanzar un mensaje primero de agradecimiento a los caídos y a todos los que combatieron, y después del deber que tiene la sociedad actual de trabajar en pos de la unidad para evitar que la historia se repita.
“Aún debemos cumplir con nuestro deber de preservar la herencia que se nos ha dejado. El deber de progresar en la unión de los pueblos de Europa para aquellos que son europeos; y nuestro deber de reforzar el papel de las Naciones Unidas; nuestro deber de defender en cualquier lugar los derechos humanos”, dijo el presidente francés.
Esta ceremonia final, a la que acudieron más de 8.000 personas incluyendo un millar de veteranos del conflicto, terminó con un espectáculo que recorrió cronológicamente los acontecimientos históricos, desde el estallido de la guerra, pasando por el citado Día D, hasta el final del conflicto y la construcción de la actual Europa, vista como símbolo de esperanza surgido de una de las etapas más oscuras de la historia de la humanidad.
“Este espectáculo nos recuerda como este lugar, estas playas, han servido para dar forma a la Europa que conocemos. Ouistreham ha sido capital mundial este día con 19 jefes de estado. Ha sido un 70º aniversario excepcional centrado en la transmisión de una herencia, porque sin duda, ésta será la última vez en la que la mayoría de los veteranos participen en un evento como este”, resumía nuestra enviada especial Laurence Alexandrowicz.
