Los líderes de los países más ricos e industrializados del mundo se han reunido en Bruselas, con la crisis ucraniana como telón de fondo.
Por primera vez desde 1997, Rusia ha estado ausente de la cita; aunque Moscú ha estado muy presente. Para reducir la dependencia energética europea de Rusia, el G7 se ha comprometido a desarrollar planes de emergenia energéticos de cara a este invierno.
Otro de los compromisos adquiridos ha sido el de presentar estrategias “ambiciosas y globales” de crecimiento en la cumbre del G20 de noviembre próximo.
El G7 también se ha mostrado dispuesto a adoptar nuevas sanciones contra Rusia si los acontecimientos en Ucrania lo requieren. Y han acordado trasladar el mensaje al presidente Vladímir Putin, con el que se reunirán varios líderes del G7 en Francia. Allí participarán este viernes en la celebración del 70 aniversario del desembarco de Normandía.
El apoyo del G7 a Ucrania ha sido considerado por el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, de “cinismo sin límites”.
En el apartado de cambio climático, los mandatarios internacionales han apostado por adoptar en 2015 un acuerdo global para reducir las emisiones de gases invernadero, que sustituya al protocolo de Kioto.