Aislado, pero sin castigo. Ayer faltaba alguien en esta cena del G7 en Bruselas. Por primera vez en 17 años, las grandes potencias mundiales han dejado fuera de la cumbre a Rusia. Es la escenificación del desaire a Vladimir Putin tras su desafío en Ucrania. Se mantiene el pulso, pero sin tensar demasiado la cuerda. El G7 no ha decidido nuevas sanciones por ahora.
Ángela Merkel, canciller alemana:
“ Si no obtenemos progresos en las cuestiones que queremos resolver, entonces siempre queda la posibilidad de más sanciones, la llamada fase 3 está sobre la mesa porque no podemos permitir una mayor desestabilización de Ucrania”
Las siete potencias más industrializadas del mundo optan, pues, por apurar la vía diplomática para resolver las tensiones políticas y territoriales en Ucrania.
James Franey, euronews, Bruselas:
“ La canciller alemana Ángela Merkel ha declarado que una mayor desestabilización de Ucrania puede llevar a nuevas sanciones. Pero el problema es que las líneas rojas fijadas por Europa ya se han cruzado antes, tanto en Crimea como en el este del país. Podría llegarse a pensar que Occidente está empezando a quedarse sin pintura roja”