En 1957 gracias a un grupo de amantes de los caballos salvajes americanos, se creó sin mucho éxito un registro del Spanish Mustang, donde se reunió una manada con ejemplares capturados escogidos por su fuerte genética, es decir, quisieron preservar el auténtico caballo salvaje de las estepas americanas, pero manteniendo todas las esencias de los caballos españoles de los conquistadores. Aunque el gobierno apoyara legalmente esta asociación, la falta de buenos pastos, el crecimiento de la población y el aumento del ganado vacuno, hicieron necesaria la reducción de caballos salvajes llevando al gobierno a que en 1973, pusiera en marcha un programa de adopción. El programa proponía vender caballos Mustang a muy bajo coste con la condición que durante un año el gobierno se aseguraría que el animal recibiría buenos tratos y cuidados.