Escenas con milicianos prorrusos en las calles de Donetsk, la ciudad ucraniana en manos rebeldes, son ya habituales. Batallones sin distintivos pero en camiones rotulados en ruso atraviesan el centro de la ciudad. En las calles las habituales barricadas defendidas por los separatistas prorrusos son ahora sobrevoladas por aviones de combate del ejército ucraniano.
La ciudad es inaccesible desde los intensos combates del lunes que produjeron cuarenta víctimas, la mayor parte entre los insurgentes.
En Lugansk, región que ha autoproclamado su independencia, ayer por la noche los insurgentes atacaron una unidad ucraniana de la Guardia Nacional. Ha habido bajas entre los soldados ucranianos y los asaltantes. En el centro de la ciudad se han escuchado a lo largo de todo el día de ayer disparos en distintas barriadas. El peso del conflicto cala cada vez más en la población.
Una residente explicaba: “claro que tengo miedo. Mis padres me llamaron esta noche y me dijeron que se refugiaron en el sótano, porque pasaban aviones que disparaban. No sabemos quien dispara, desde donde disparan. Nadie nos dice nada y no sé nada”.
Otro vecino declaró a Euronews: “¿no cree que debo de preocuparme cuando los aviones de combate sobrevuelan mi casa? Por supuesto que estoy preocupado. Es hora de acabar con esto y empezar las conversaciones de paz. Estoy de acuerdo que hay que declarar un alto el fuego, deben de dejar de disparar desde ambos lados. Creo que es posible lograrlo y no entiendo por qué no se ha hecho hasta ahora “.
En la calle de Paniflova, en Lugansk, volvieron a escucharse tiroteos. Los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y los rebeldes aumentan y están cada vez más cerca del centro de la ciudad.
