La controversia marca las elecciones presidenciales en Egipto.
El país vota en un polémico día extra en los comicios para elegir a su presidente después de que la comisión electoral anunciara este martes la prolongación de las votaciones, que originalmente debían durar dos días.
Un hecho que, a pesar de la baja participación, un sector de la población no entiende:
“¿Por qué molestarse en seguir votando si todo el mundo sabe que el-Sissi ganará?”, comenta un joven.
La comisión ha establecido que en torno al 37 por ciento de los egipcios llamados a las urnas acudieron en las dos primeras jornadas de votación, frente al 52 por ciento que participó en las presidenciales de 2012. Una baja participación que los observadores no justifican para prolongar los comicios:
“Las decisiones de última hora de hacer importantes cambios en los procedimientos de la elección, como extender en un día el plazo de votación solo se deberían tomar bajo circunstancias extraordinarias. Nuestros 86 observadores acreditados en todo Egipto no vieron ningún motivo que requiriera un día adicional de voto”, dice Eric Bjornlund, jefe de la misión de observación internacional en Egipto.
El Gobierno ya ha avisado que quien no participe en los comicios tendrá que pagar una multa de 500 libras egipcias, unos 51 euros.