Como asentó el venezolano Jorge Torres en la rueda de prensa donde aportó pruebas incontestables sobre los planes fraguados por la ultraderecha y solapados por el gobierno norteamericano para hacer naufragar la democracia venezolana, el crimen político de mayor rango que se planeó lo es la muerte del primer mandatario, Nicolás Maduro. Pero no sólo la muerte del jefe del Estado había sido prevista en los planes criminales, apuntó: también la del ministro del Interior, Justicia y Paz, la del jefe del Ejército, la del diputado Diosdado Cabello y las de varios líderes de la Revolución. El informe rtendido por los servicios de seguridad de Venezuela también exhibe, mediante evidencias obtenidas de documentos signados por María Corina Machado -sin duda, una de las principales involucradas pero no la única-, a personeros de la escena política de Washington y de Otawa coludidos con los asesinos de la ultraderecha venezolana. Dice, por ejemplo, que la ex diputada María Corina Machado le comunicó vía electrónica, el pasado 12 de mayo, a Henrique Salas Römer, quien financia la organización de extrema derecha Juventud Activa Venezuela Unida, que “el lobby internacional está en su mejor momento... Amigo -le dice-, la acogida en Canadá fue maravillosa y el respaldo de los parlamentarios aún más, al menos no hay una senadora brasileña chavista. Con este respaldo, el del Parlamento europeo, el del State y el del Senado americano haciendo lo prometido el lobby internacional está en su mejor momento desde que inició esta lucha”. teleSUR
