Algo inédito y no menos polémico. Un tercer día para votar en un intento de la Comisión Suprema Electoral para compensar la baja participación registrada en las dos jornadas precedentes, que alcanzaba el 37%.
Una ampliación del plazo, contestada por los principales candidatos pero que algunos egipcios han aprovechado, como Aziza Anwar: “Teníamos una discusión familiar porque mi marido me había prohibido votar. Doy gracias a Alá por la ampliación del plazo. Me quedé despierta toda la noche para ser hoy la primera en votar, doy gracias a Alá”.
Pocos dudan de la victoria del exjefe del Ejército, Abdelfatah al Sisi, pero la incógnita es saber cuál será su estrategia en el futuro, si buscar la reconciliación política o consolidarse en el poder con mano firme.
Su único rival es el político de la izquierda, el periodista y poeta, Hamdin Sabahi, quien ha denunciado “presiones” para ampliar el calendario electoral que, en su opinión, abren “interrogantes sobre la integridad del proceso”.
Unas elecciones a las que no concurren los Hermanos Musulmanes del depuesto presidente, Mohamed Mursi, claro vencedor de las presidenciales de hace dos años, con el 51,85% de los votos.
Una organización declarada ilegal por la justicia que ha condenado a centenares de sus líderes y militantes.
Sus simpatizantes han llamado al boicot de estas elecciones.