Tregua a la violencia vivida en la última semana en Mali.
El gobierno del país y los tres principales grupos rebeldes tuaregs han aceptado un alto el fuego tras siete días de fuertes enfrentamientos.
Un cese de las hostilidades alcanzado tras la visita a Kidal bastión rebelde del presidente de la Unión Africana (UA), Mohamed Uld Abdel Aziz.
El acuerdo llega tras los choques del pasado fin de semana entre los rebeldes y el Ejército, que causaron 36 muertos y 87 heridos, y que se reprodujeron el miércoles, cuando los rebeldes se hicieron con el control de Menaka y Kidal, a 1.500 kilómetros
al norte de la capital, Bamako.
El rebrote de violencia estalló con la visita el pasado sábado a esta última ciudad del actual jefe de Gobierno, Musa Mara. Unos choques que vulneran los acuerdos de paz de Uagadugu, firmados por ambas partes en junio del año pasado.