Muchos de los ucranianos que participaron en las protestas del Maidán tienen depositadas sus esperanzas de cambio en las elecciones presidenciales. El nuevo jefe del Estado tendrá numerosos frentes abiertos: la crisis económica, la amenaza militar y un duro paquete de reformas difícil de digerir.
- “En la escuela no hablamos de otra cosa”, explica Olga Zorenko, maestra en un barrio de las afueras de Kiev. “Estamos dispuestos a hacer ciertos sacrificios, pero por un tiempo limitado. Miramos al futuro. No podemos perder esta oportunidad”.
Las reformas son muchas y no solo afectarán a los bolsillos de la ciudadanía. La activista Natalia Sokolenko tiene una larga lista de deberes para el futuro presidente:
- “Los puntos principales, los principales dolores de cabeza, por así decirlo, serán la lucha contra la corrupción, la reforma judicial, la descentralización y la reforma fiscal. Esos son los verdaderos problemas que hicieron que la gente saliera a las calles tanto en Maidán como en el este de Ucrania. La gente estaba harta de la corrupción en los tribunales, de un peligro en las calles que la policía no podía manejar”.
Para el Maidán, las urnas constituyen una etapa más en el difícil camino hacia Europa emprendido a finales del año pasado.
