La investigación de G.T. Baranek publicada en 1999 en “The Journal of Autism and Developmental Disorder” fue uno de los primeros informes del análisis retrospectivo de vídeos filmados por los padres. Previamente Osterling y Dawson había publicado en la misma revista científica datos en relación al reconocimiento temprano del autismo en base al estudio de vídeos domésticos del primer año. Baranek estudió 32 niños en los que observó vídeos caseros, 11 de ellos con autismo, 10 con otros problemas de desarrollo y 11 con desarrollo típico. Valoró algunas categorías: mirada y contacto con la mirada, muestras de afecto, respuesta al nombre, posturas anticipatorias, estereotipias motoras, contacto social, modulación sensorial, etc. La presencia de 9 ítems de los valorados correlacionó en 93.75% con el diagnóstico de Autismo.