La diplomacia internacional trabaja cotrarreloj para intentar crear las condiciones que permitan la celebración de elecciones presidenciales en toda Ucrania, este domingo.
La situación en las regiones de Donetsk y Lugansk pone en peligro los comicios, considerados cruciales por Occidente para resolver la crisis ucraniana.
El secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos reconoce que ha sentido miedo en Donetsk y que es generalizado. “El miedo no está sólo relacionado con la seguridad sino también con la delincuencia común”, explica Ivan Šimonović.
Además de pedir el cese de la violencia, el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen ha acusado a Rusia de desestabilizar el este de Ucrania.
“Esta es una importante oportunidad para encontrar una salida pacífica para una Ucrania unida. Cualquier esfuerzo de retrasar o interrumpir las elecciones presidenciales será un intento de negar al pueblo ucraniano ese derecho”, afirma Rasmussen.
Rusia considera que sus relaciones con la OTAN y la Unión Europea deben ser replanteadas. Aunque, la prioridad ahora para el jefe de la diplomacia rusa es el fin de la operación militar de Kiev.
“Obviamente, el primer paso es poner fin a la operación militar. Los representantes de la misión de la OSCE en Ucrania que tienen su base cerca de la zona de combate deben tomar la iniciativa y actuar como mediadores para discutir los pasos para rebajar la tensión”, dice Sergei Lavrov.
En su lugar, Kiev ha anunciado que se crearán grupos operativos especiales para garantizar el orden y el proceso electoral en el este de Ucrania, si bien ha reconocido que será imposible garantizar la normal celebración de las elecciones “en el grandísimo territorio que representan las regiones de Donetsk y
Lugansk”.
