Suelen ser tachados de raros o extraños. Afecta más a los niños que a las niñas, en una proporción de 3 a 7 por cada 1000 en edades de 7 a 16 años. Los síntomas pueden ser evidentes en los primeros meses de vida, observándose el retraso motor en el período preescolar, y el déficit de la interacción social en la etapa escolar. El curso de la enfermedad es continuo a lo largo de toda la vida. Los especialistas, evalúan un grupo básico de comportamientos, para diagnosticar con exactitud este Síndrome, que engloba los siguientes: (no girarse al ser llamado por el nombre, contacto visual anormal, aislamiento, incapacidad para realizar gestos, ausencia de juegos interactivos y con compañeros). Psicólogos y Psiquiatras son los responsables de su correcta evaluación y tratamiento, ya que en muchas ocasiones se confunden Síndrome de Asperger y Autismo, pues a pesar de pertenecer al (TEA) Trastorno del espectro autista y compartir similitudes, son trastornos muy diferentes.