Una propuesta auspiciada por los socialistas, los verdes y la Unión Sindical Suiza.
Un varapalo para sus defensores que perdieron, en noviembre, otro referéndum sobre la limitación de los salarios de los empresarios.
El que hubiera sido el salario mínimo más elevado del planeta, tenía, también, sus defensores en la calle.
Noelle Baker, ciudadana suiza dice: “He votado por un salario mínimo, pensando en que mi país puede hacer algo así, poner en marcha una medida simbólica como ésta, tengo confianza en mi país.”
La campaña del No que han llevado a cabo la patronal y el Consejo Federal hizo que del 52% de rechazo incial se pasara al 64% poco antes del referéndum.
Heinz Karrer, Presidente de Economiesuisse:
“Es la segunda vez que la población se muestra contraria a la intervención estatal en cuestión de salarios. La gente quiere que los salarios y las condiciones laborales se negocien entre los empleados y los trabajadores.”
En este referéndum, que caracteriza la particular democracia Suiza los electores han conseguido, también, paralizar la compra de 22 aviones de combate aprobada hace unos meses por el Parlamento.