El Barça venció y dio una buena imagen en El Cairo en un amistoso que conllevaba muchos riesgos. Una derrota o un pésimo encuentro se hubiera sumado al KO en Vila-real, a la bronca de Frank Rijkaard en el entrenamiento del lunes, a los nervios de una Liga al rojo vivo con el Sevilla y el Madrid envalentonados... Pero el equipo azulgrana supo entender que en juego había algo más que prestigio: también tenía la necesidad de demostrar a los rivales que el equipo sigue entero. En la primera parte, reflejaron ese buen nivel en el marcador Saviola y Bojan Krkic, uno que se irá en junio y otro que a sus 16 años ya pide paso a una velocidad de vértigo. En la segunda mitad sentenció Eto'o.