La ciudad de Slaviansk ha despertado en aparente calma tras el intenso día de combates entre separatistas prorrusos y la tropas de Kiev vivido ayer, en el que hubo numerosas bajas.
Ejército ucraniano perdió a cuatro hombres y tuvo tres decenas de heridos, aunque fueron los separatistas quienes se llevaron la peor parte con al menos treinta muertos.
Los habitantes de la ciudad esperan que los combates no vuelvan a repetirse:
“Todo lo que nos queda es la fe, la fe en dios, en el sentido común, en la misericordia. Y con esto último me refiero a Rusia. Nosotros solemos decir que Dios está en el cielo y Rusia, en la tierra. Estaremos juntos, espiritualmente”.
Los efectos de los combates aún podían percibirse en esta ciudad, en la sangre, los restos de barricadas, los cristales rotos.
Las tropas gubernamentales siguen cerrando el cerco en torno a los separatistas, que se han replegado al centro de la ciudad.
La ofensiva en Slavians forma parte de una operación más amplia con la que Kiev pretende recuperar el control de las ciudades tomadas por los prorrusos.
