Alenka Bratusek dejará el poder un año después de su llegada, al perder el liderazgo de su partido de centro izquierda. Junto con ella saldrá su equipo de Gobierno, aunque continuará en funciones hasta la celebración de elecciones anticipadas, previsiblemente el 22 de junio.
Las reformas llevadas a cabo para sacar al país de la recesión y evitar el rescate financiero, así como un ambicioso plan de privatizaciones, han pasado factura al Ejecutivo de Bratusek. En la calle y en los despachos.
El pasado 25 de abril, la coalición se desintegró cuando uno de los partidos eligió al alcalde de Liubliana y rival político de Bratusek, Zoran Jankovic, nuevo presidente del partido.
Eslovenia fue el país con mayor déficit de la Unión Europea el año pasado. Tras las reformas se preveía un moderado crecimiento, pero podría retrasarse por esta crisis política.