El ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov, desplazado a Perú dentro de una gira por Latinoamérica, ha llamado a las autoridades de Kiev y los activistas prorrusos a negociar para solucionar la crisis ucraniana. También ha pedido a Estados Unidos y la Unión Europea que se abstengan de intervenir.
“Rusia cree que el diálogo entre las autoridades de Kiev y sus opositores aún podría retomarse o iniciarse dentro del marco establecido por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Esperamos que nuestros socios occidentales permitan a los ucranianos establecer un diálogo sin impedimentos”, dijo.
No obstante, el gobierno de Kiev ha puesto a las tropas en “alerta máxima” para que la insurgencia no se extienda a más regiones y el ejército ha realizado varios ejercicios cerca del Parlamento en la capital para prevenir una hipotética toma de los edificios públicos.
Valeriy Heletey, máximo responsable de la Guardia Nacional, explicaba los motivos de estas maniobras: “A medida que se acercan las elecciones presidenciales crece la tensión. Además está la anexión de Crimea y la situación en el sureste de Ucrania, en Lugansk y Donetsk. Hay tensión y trabajamos en medidas extraordinarias de seguridad”.
Además, las autoridades han confirmado la detención del agregado militar de la embajada rusa en Kiev por presunto espionaje y, tras declararlo “persona non grata”, se le ha pedido que abandone el país.