La violencia ha irrumpido este lunes en el inicio de las elecciones parlamentarias en Irak, que se celebrarán el próximo miércoles, aunque hoy han votado quienes no podrán hacerlo en la fecha oficial, en su mayoría, agentes de seguridad y miembros de las Fuerzas Armadas.
Al menos seis personas han muerto este lunes y otros 30 han resultado heridos en varios ataques en varios centros de votación del país.
Más de 20 millones de votantes están llamados a las urnas para elegir a 328 diputados, en Irak y en el extranjero, en los primeros comicios que se celebran tras la retirada de las tropas estadounidenses en 2011.
A estas elecciones se presentan cerca de 9.000 candidatos de todo signo político y religioso, entre ellos el actual primer ministro Nuri al Maliki, chií, que va a por su tercer mandato, o el presidente del Parlamento, el suní Osama al Nuyaifi.
Los ciudadanos desean un cambio de rumbo político que acabe con la división sectaria y traiga seguridad y estabilidad a un país que sigue azotado por la violencia 11 años después de la caída de Sadam Hussein.
Los atentados y ataques cotidianos se cobraron, solo el año pasado, cerca de nueve mil vidas, y nada augura una mejora en el futuro próximo: entre el ataque de hoy y el del pasado viernes contra un mitin chií en Bagdad ya van cerca de cuarenta muertos.
El auge de nuevos grupos extremistas y una Al Qaeda reforzada, aunque también el paro y el difícil acceso a los servicios básicos constituyen los mayores desafíos para quienes salgan elegidos en las urnas.