En varios países del mundo, particularmente en los subdesarrollados donde las transnacionales encuentran gobiernos "a modo", la privatización del agua no se concibe ya como un derecho humano sino como un servicio y, por lo tanto, sujeto de negocio; incluso se ha llegado al extremo de venderla embotellada en pequeños y caros envases. Sin embargo, ayer martes representantes de comunidades chilenas protestaron en Santiago por la escalada en la privatización de las fuentes y la gestión del agua, privatización que -según los quejosos- data del año 1981. teleSUR