(Vídeo) José Vicente Rangel / José Vicente Hoy 20.04.2014

2014-04-22 35

Ojala que estos días de semana santa hayan servido de algo. De algo más que rezar, que concurrir a los templos y ratificar la fe cristiana. Lo cual es importante y no desestimo, pero que también hayan servido esas fechas de solaz y descanso a quienes se fueron a la montaña, al llano, la playa para reflexionar sobre el destino nacional y el papel que cada quien debe jugar en las actuales circunstancias que vive el país.

* Ojalá que hoy domingo de resurrección cuando nos aprontemos para reiniciar las jornadas de trabajo, las actividades a las que estamos dedicados, actuemos con ánimo positivo, deslastrados de odio y asumiendo con un nuevo sentido la convivencia entre los venezolanos.

* La única alternativa para el país es la paz y nada debe perturbar la posibilidad de alcanzarla. La terrible experiencia vivida durante los meses de febrero y marzo; la manera como se crisparon los ánimos, la violencia que se desató en ciudades importantes, que ocasionó pérdida de vidas humanas, destrucción de bienes tanto públicos como privados, y las demostraciones de salvajismo que nunca se habían visto entre nosotros, es algo que no se puede repetir. Ya que en caso de repetirse es porque se ha perdido la capacidad para reaccionar ante el abismo. Es aceptar que los violentos se imponen, y que los sensatos carecen de ascendiente en la sociedad.

* Lo cual, afirmo categóricamente, no es cierto. La violencia que afectó al país es marginal, expresión de grupos minoritarios, no representativos de lo que es venezuela. Pero el problema es que esos grupos han actuado con audacia, mientras que los sensatos se han retraído y han dejado libre el terreno para que la violencia cobre protagonismo.

* Si hemos sido capaces de reflexionar durante el asueto de semana santa y logramos cargar las pilas de la racionalidad y del optimismo sobre el destino nacional, hay que apostar con decisión a la única opción que nos permitirá retomar el sendero de la sensatez, es decir, trabajar por la paz. Buscar en el dialogo y no en la confrontación, la creación del clima que permita restablecer la convivencia y atemperar los ánimos. ¿Es posible hacerlo? Considero que sí. Si todos nos proponemos remar en esa dirección lo lograremos. Porque Venezuela consiguió salir de peores situaciones en el pasado, con solo tomar conciencia de que el país es de todos y no de parcelas.

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