Madrid, 22 abr (efesalud.com). La psicóloga clínica Miren Larrazabal Murillo se sienta a nuestro lado para vídeobloguear de forma íntima sobre relaciones de pareja, en esta ocasión acerca de las dificultades que se generan en los vínculos del amor por las preferencias sexuales "que gustan o disgustan" a cada uno de sus miembros y se ocultan "por miedo o vergüenza" en la mesilla de noche del dormitorio principal.
"Aunque parezca mentira, este tipo de incomunicación es un camino muy difícil de transitar -opina- porque a los hombres y a las mujeres nos intimidan los prejuicios, tenemos creencias erróneas o nos atenazan los tabúes sexuales", motivos que aconsejan abrir todos los cajones cerrados que se engrosan junto al cabecero de una cama.
Para la sexóloga "hay un mito muy extendido en la sociedad que ocasiona problemas graves: cuando una pareja se ama, la relación sexual tiene que surgir de una manera espontánea, y por tanto, si estamos enamorados, no hace falta alguna que le expliquemos al otro lo que nos desagrada o complace de nuestros gustos sexuales".
Este mito, por tanto, reduce el deseo y el erotismo debido a la consecuente insatisfacción sexual de la pareja y "provoca que señalemos al amor", que acostumbra a ser insuficiente para limar las aristas de la relación sexual.
Los principales bloqueos o inhibiciones a la hora de hablar de sexo con la persona que compartimos nuestra intimidad son el miedo a causar heridas en el corazón, al rechazo físico, a ser juzgados, incluso que nos consideren "un pelín pervertidos" y la vergüenza; "por eso callamos lo que más nos haría disfrutar terriblemente", reflexiona Miren.
Otro factor a tener en cuenta es la educación religiosa de los integrantes de la pareja.
"Podemos tener problemas para hablar con libertad de la sexualidad al sentirnos culpables de sentir o pensar en el sexo", apunta.
La solución "para no impotenciar al otro" se puede encontrar, como casi todo en la vida, en la comunicación fluida de los dos miembros de la pareja.
"Preparad la situación, siempre en un lugar tranquilo y rodeados de intimidad. No culpéis al otro, puesto que no sirve de nada, el problema no es de uno solo y las responsabilidades son compartidas. Expresad vuestros deseos y preferencias de una manera clara y sencilla. Pedir nada tiene que ver con exigir, ya que vuestro 'partner' tiene derecho a decir que no; pero no rechacéis de plano sus demandas".
Tampoco es apropiado criticar o juzgar a la pareja por tener determinados gustos sexuales, porque de ser así se podría interrumpir, incluso suspender indefinidamente, la comunicación.
Para Miren "también es importante valorar a la pareja como amante; que le digamos las cosas que hace bien, algo que le ayudará muchísimo a progresar, a ir hacia delante, a crecer sexualmente a vuestro lado", concluye la psicóloga.
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