“Un acto de asesinato”. Así ha calificado la presidenta surcoreana las acciones del capitán del ferri Sewol, mientras los rezos de los familiares siguen en la costa, por los más de 230 pasajeros aún desaparecidos.
De momento se han recuperado más de 60 cadáveres aunque las tareas de buscada continúan. Las autoridades han responsabilizado al capitán de la embarcación y a parte de su tripulación. Tanto él como seis miembros de su equipo han sido arrestados. Cuatro de ellos este mismo lunes.
La presidenta del país, Park Geun-hye, ha criticado duramente su actitud durante el naufragio: “La conducta del capitán y algunos miembros de su tripulación es incomprensible desde el punto de vista del sentido común y fue como un acto de asesinato que no debe ser tolerado. Tras el accidente, el capitán no siguió de manera inmediata las ordenes de evacuación de las autoridades portuarias. Después, dijeron a los pasajeros que se quedasen donde estaban, les dejaron atrás y él y su tripulación escaparon los primeros. Esto es algo inimaginable tanto legal como éticamente”.
Las autoridades, que han recibido numerosas críticas por parte de los familiares, han cambiado los protocolos para lograr unas identificaciones más rápidas de los cadáveres. Además, se han habilitado instalaciones en Jindo para que las familias puedan permanecer juntas a la espera de noticias.