Medios de prensa e intelectuales de la Ciudad de México recuerdan que desde que Gabriel García Márquez decidió "apropiarse" de un personaje de novela creado por Carlos Fuentes y trasladarlo a su narrativa para matarlo en Cien años de soledad, el colombiano se posesionó asimismo de la simpatía de los lectores mexicanos y, con el tiempo, de su admiración y cariño. Guillermo Ochoa le hizo una célebre entrevista por entregas que publicó el Excélsior del no menos legendario Julio Scherer, lo que lo convirtió en el autor preferido de universitarios de Anáhuac sino de las generaciones de jóvenes que se han sucedido en ese país hasta la fecha. Entre políticos "de modé", que no viven de la política, también recuerdan que un semanario de la izquierda de ese país, Oposición, contó siempre con la presencia de Gabo en sus festivales culturales de la década de los setenta, y que -de muchos modos- a partir de aquellas fechas la presencia del llorado Premio Nobel de Literatura habita en el alma de los trabajadores del arte y la cultura de la sociedad mexicana. teleSUR