Un grupo de científicos de la Universidad de Buenos Aires asegura que algunas especies de pájaros tienen la llave para desarrollar una nueva tecnología que permita la recuperación de aquellas personas que han perdido el habla.
Estos científicos aseguran haber descubierto algunas similitudes entre el canto de los pájaros y el habla de los humanos.
Gracias a un estudio del sistema fisiológico de las aves, el equipo bonaerense ha sido capaz de definir varios modelos matemáticos basados en los mecanismos de los órganos vocales de estos animales.
“Las aves utilizan un aparato vocal que se llama siringe en el cual hay unos labios y cuando el aire atraviesa el espacio que hay entre ellos empiezan a silbar, como ocurre con las cuerdas vocales en el caso de los humanos. Si uno estudia la física del canto de los pájaros podrá tener pistas sobre cómo se genera la voz del humano. Además, si uno implementa las ecuaciones matemáticas que rigen el comportamiento de esos labios de la siringe, entonces se podrá generar un sintetizador vocal para aves. Nuestro objetivo es construir el prototipo de un sintetizador de voz para humanos”, explica Gabriel Mindlin, de la Universidad de Buenos Aires.
El estudio, publicado en la revista científica Nature, muestra cómo funciona el cerebro de algunos pájaros a la hora de emitir sonidos: mientras que algunas neuronas se preparan para producir esos sonidos, otras se sincronizan con las notas.
La descodificación de la representación neuronal de la comunicación también podría ser de gran ayuda para solucionar algunos problemas del habla como el tartamudeo o la afasia.
La empresa israelí StoreDot, nacida en el Departamento de Nanotecnología de la Universidad de Tel Aviv, ha demostrado recientemente que se puede cargar la batería de un teléfono móvil inteligente en apenas 30 segundos. Para ello, sus expertos se han basado en péptidos, moléculas formadas por aminoácidos que reducen drásticamente los tiempos de carga.
“Lo que podemos ver aquí es la batería, nuestra propia batería. La hemos creado a partir de compuestos naturales orgánicos. Ahora mismo solo tiene una cuarte parte de su carga pero cuando la conectemos al cargador en apenas 30 segundos estará cargada totalmente y podrá aguantar unas dos o tres horas, algo que todavía podemos mejorar. Pero mientras estamos hablando podemos ver que la batería se está cargando rápidamente. En el futuro, todas las baterías podrán cargarse de esta manera”, asegura Doron Myersdorf, responsable del proyecto.
Los expertos de StoreDot, han creado este cargador desarrollando semiconductores biológicos, elaborados a partir de los péptidos o cadenas cortas de aminoácidos que son los componentes básicos de las proteínas. Una nueva tecnología que se puede utilizar para acelerar los tiempos de carga, entre otras cosas, según esta compañía israelí.
El prototipo de StoreDot tiene, actualmente, el tamaño de un cargador portátil, pero la compañía asegura que seguirá trabajando para reducirlo. Su coste estimado será mayor que el de los cargadores móviles que ya utilizamos. Se espera que su comercialización sea posible en 2016.