Los separatistas prorrusos siguen al pie de las barricadas en Donetsk. Los ultimátums dados por Kiev no han surtido efecto. Al contrario, los manifestantes, que ocupan desde hace una semana la sede de la administración regional, se hacen cada vez más fuertes. Esta mañana tomaban durante unas horas la Fiscalía regional, antes de liberarla pacíficamente.
“Soy una madre que tiene muchos hijos y me he unido a ellos por voluntad propia. Estoy aquí para apoyar a nuestros chicos. Durante tres días hemos estado aquí haciendo bocadillos”, decía una mujer que ofrece comida y bebida a los manifestantes.
Los separatistas de las regiones del este de Ucrania exigen un referéndum sobre su posible integración a Rusia o como mínimo una mayor autonomía.
En Lugansk, los activistas prorrusos tienen tomado desde hace una semana el edificio de los Servicios de Seguridad. En el aire, una tensa calma, ya que los separatistas temen que las autoridades ucranianas cumplan sus amenazas y utilicen la fuerza para acabar con las protestas y ocupaciones.
Y Járkiv va volviendo a la normalidad tras unos días agitados. Los prorrusos tomaron la sede del Gobierno regional, cuyo control fue retomado por las fuerzas de seguridad ucranianas, que detuvieron a decenas de personas. También atacaron una televisión local, en la que intentaron sin éxito transmitir un comunicado en directo.
Kiev acusa a Moscú de estar detrás de todo ésto. Su objetivo sería “desmembrar” Ucrania.
