Ni la autora de esta foto, la presentadora Ellen DeGeneres, ni los que posaron junto a ella para hacerse el famoso selfie en la gala de los Oscar pensaron que este gesto se iba a convertir en un fenómeno mundial. Pero lo que seguro no esperaban es que esa foto, que se convirtió en pocas horas en la imagen más retuiteada de la histoira, tendría un valor publicitario de 1.000 millones de dolares.