El presidente interino ha prometido que no se perseguirá judicialmente a los activistas si deponen las armas y abandonan los edificos administrativos que ocupan en el este del país.
Desde el domingo, un grupo de secesionistas se atrinchera en la sede del Servicio de Seguridad de Lugansk. Rechaza de pleno la oferta gubernamental.
“Las condiciones ofrecidas son inaceptables para nosotros. Prometen clemencia a cambio de que entreguemos las armas. Es inaceptable”, dice un separatista.
La oferta de Kiev llega un día antes de que expire el ultimátum dado por el gobierno para poner fin a la crisis independentista a través del diálogo o mediante la fuerza.
En Donetsk, los activistas prorrusos han reforzado las barricadas y prometen batalla.
“Mi estado de ánimo es fabuloso. Ésta es la primavera rusa y ha de continuar. Hemos pasado ya cuatro noches aquí. Todo el mundo está de muy buen humor”, asegura un activista.
El movimiento independentista de Donetsk, que pide la celebración de un referéndum de anexión a Rusia, se circunscribe a la sede del Gobierno regional. En el resto de la ciudad la situación es de normalidad.