La deflagración tuvo lugar de madrugada en el centro de la capital, donde además hay numerosos edificios públicos y embajadas. Poco antes, dos llamadas anónimas alertaron a sendos medios de comunicación de la inminente explosión.
No se ha informado de heridos, pero sí de cuantiosos daños materiales.
“No es algo lógico, pero creo que es una forma de protesta por todo lo que pasa. No es correcto, pero, ¿pero qué puedo decir? Las mentes de las personas son incontrolables”, decía un residente de la capital. Otra se mostraba en la misma línea: “No es algo agradable, por supuesto. Más bien preocupante”.
Un testigo vio a un hombre abandonar el corriendo el vehículo, un coche robado, y la policía está analizando las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona. De momento no ha habido ninguna reivindicación.
Nuestro corresponsal, Giannisis Stamatis, nos informa de cómo marcha la investigación: “Las autoridades policiales relacionan esta explosión fuera de las oficinas de la mayor autoridad bancaria griega con el regreso del país a los mercados financieros tras cuatro años fuera. Las fuerzas de seguridad están en máxima alerta, ya que este atentado terrorista ha tenido lugar además 24 horas antes de la llegada de la canciller alemana Angela Merkel a la capital griega”.