Hace veinte años ocurría en Ruanda uno de los episodios más sobrecogedores de la Historia.
Este lunes se conmemora el vigésimo aniversario del genocidio ruandés que acabó con la vida de ochocientas mil personas en cien días.
La masacre de tutsis perpetrada por hutus radicales diezmó a la población ruandesa entre un 20 y 40%.
El conflicto estalló el 6 de abril con el asesinato del presidente ruandés Juvenal Habyarimana, en un atentado al avión en el que viajaba junto al presidente de Burundi.
Este fue el detonante de una matanza colectiva iniciada por hutus radicales en la que exterminaron a tutsis y hutus moderados.
Con ocho millones de habitantes, el país se convirtió en una inmensa fosa común ante la pasividad del mundo. La ONU ha admitido repetidamente su fracaso al no prevenir esta matanza.
Esta iglesia católica de Ntarama, donde dos mil tutsis fueron masacrados cuando buscaban refugio, es hoy un monumento en homenaje a quienes murieron durante el genocidio de 1994.
Y un recordatorio para víctimas y verdugos tras la reconciliación.
Alice Mukarurinda es una de las supervivientes, que se sienta aquí junto a su agresor:
“Cuando descubrieron que estaba escondida, Emmanuel me cortó en la cara y me cortó el brazo. Uno de sus amigos me golpeó en la cabeza y me caí. Se llevaron a mi bebé, mi hija de nueve meses que murió. Otro tipo me clavó algo en el hombro que me atravesó la espalda “.
“La primera persona a quien ví fue a Alice, recuerda Emmanuel Ndayisaba. Le corté el brazo, le corté en la cara y mi compañero la golpeó en la cabeza. Entonces se cayó y le clavaron una lanza en el hombro. Luego uno de mis colegas cogió a su hija y la mató “.
Ante el avance del Frente Patriótico ruandés, venido de Uganda, más de un millón y medio de ruandeses, sobre todo hutus, huyeron a Zaire, actual República Democrática del Congo, Tanzania y Burundi. El 17 de julio terminaba el genocidio.
Después llegó la reconciliación oficial con Francia. Aunque todavía hoy el presidente ruandés Paul Kagame considera que tuvo un papel directo en la preparación del genocidio. Unas declaraciones que han llevado al hexágono a boicotear la conmemoración de este vigésimo aniversario:
El portavoz del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, Romain Nadal lo ha expresado así :
“Estas declaraciones son inaceptables, infundadas. Podemos tener una relación de confianza y amistad con Ruanda únicamente si se basa en la verdad y la reconciliación.
El presidente ruandés acusó a Bélgica y a Francia
de estar implicados en la preparación del genocidio, y en el caso de Francia de tomar parte mediante la Operación Turquesa.