Son mayoría los húngaros dispuestos a otorgar al primer ministro Viktor Orbán otros cuatro años de poder. Para ellos, la estabilización de las cuentas públicas y la bajada del precio de gas y electricidad pesan más que las acusaciones de autoritarismo.
“En este momento estoy contenta con el partido Fidesz porque han traído un montón de cambios. Hasta tengo la esperanza de que los sueldos crezcan en los próximos años”.
“Tras estas elecciones espero que nuestro nivel de vida como pensionistas se mantenga o incluse mejore”.
“Quiero que siga este Gobierno. Tengo una familia muy grande y he visto cómo su situación ha mejorado un montón. Es verdad que algunos familiares trabajan en el extranjero, pero quieren volver a casa”.
Para otros, el actual Gobierno es sinónimo de recorte de libertades.
Y hay quienes optan por el líder ultraderechista, tildado de antisemita, que podría recibir un gran espaldarazo.
“Espero que las elecciones tengan el resultado que deseo: que en nuestro país haya democracia”.
“Creo que ganará Jobbik. Seguro, porque el partido socialista ha cometido muchos errores últimamente”.
La nueva ley electora permite la presentación de numerosos candidatos, lo que dispersa el voto contra Orbán.
También ha reorganizado los distritos, favoreciendo al partido gobernante.