Dandys y doncellas (Willy Tornado)

2014-04-06 391

Quién estuvo alguna vez en un concierto de la añorada banda barcelonesa The Freewheelin’ Tornados es imposible que se olvidara de él: Guillem Cunill, carismático bajista que antes de deshojar el primer tema ya se contoneaba emocionado por su rincón de escenario con los ojos cerrados. Otro voluntario para trepar a una tarima y demostrar que una canción siempre es un temblor hermoso. Romántico señuelo para seguir creyendo en un arte y oficio que él ya lleva años defendiendo con natural entrega desde diferentes parcelas (músico, promotor, roadie…). Aunque es ahora cuando Guillem, llamémosle ya Willy Tornado, se ha decidido a estampar su primer disco en solitario: un relato emotivo cantado en primera persona que hila la fractura de una relación amorosa, la pérdida de un ser muy querido y aquella necesidad abrasiva, pasional, de aferrarse a las canciones para explicar de cara lo que te pasa. Es por eso que “A 11.000 km” suena punzante y delicado; extrovertido y recogido. Rock de cuña americana, exquisitamente producido y arreglado por Alex Vivero (Santos), que sostiene con fuerza talismanes personales (The Band, los Whiskeytown de Ryan Adams, Neil Young, Quique González, Santi Campos…).

Y Willy, tan transparente como siempre, nos enseña las pistas con las manos abiertas: Sentidas piezas de corte amoroso (“Te vas”, “La casa donde solíamos estar”, “Cuando el lugar no nos importaba” o la titular “11.000 km”), revisiones nostálgicas de los tiempos pasados (“Costa Brava”), una sensible evocación a una madre desaparecida (“Clabu”) o ese vitalista homenaje a las calles más intensas de Madrid (“Dandys y Doncellas”), cantado en vibrante comandita con Álvaro Guzmán (The Right Ons) y aupado por un verso entusiasta que de alguna manera define el proceso de gestación de “11.000 km”: ¡¡¡Y todos a la carga!!!

Exacto, ¡¡¡y todos a la carga!!! El singular “uno para todos y todos para uno” de Willy Tornado, formalizado con una espléndida reunión de músicos- camaradas para ayudarle a levantar su debut. Componentes de The Right Ons, Nothing Places, Amigos Imaginarios, Standstill, Sidonie, Santos, Egon Soda o Mi Capitán compartiendo micrófonos, emulando ese espíritu de cálida hermandad que desprenden algunos de nuestros discos de rock favoritos. Y, sobre todo, recordando la máxima dirigida a cualquiera que siga hoy en día empuñando un instrumento: Una canción siempre es un temblor hermoso.

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