Unas quinientas personas protestan en la ciudad chilena de Iquique por la falta de ayudas tras el terremoto.
Piden el inmediato restablecimiento del suministro de agua potable y electricidad, así como la entrega de mantas, ropa y víveres.
El pasado martes, un seísmo de 8,2 puntos en la escala de Richter causó siete muertos e importantes daños materiales en las regiones de Tarapcá, Antofagasta y Arica Parinacota, al norte de Chile.
La presidenta Michelle Bachelet las declaró zona catastrófica, y desplegó al ejército para evitar saqueos.
2600 viviendas resultaron afectadas, obligando a muchos de sus habitantes a dormir en tiendas de campaña. Otros lo hacen ante el temor a nuevas réplicas.
Se ha decretado la alerta sanitaria frente a la posible propagación de enfermedades derivadas del contacto con la basura y el agua contaminada.