Los afganos han comenzado a votar para elegir al sucesor de Hamid Karzai, presidente del país durante los últimos doce años.
Aunque hay trece millones de posibles electores, las amenazas terroristas talibanes podrían hacer que la abstención superara el cincuenta por ciento. De hecho, cuatro personas han resultado heridas esta mañana por la explosión de un artefacto al sudeste del país.
“Insto al pueblo de Afganistán una vez más a salir y votar a su candidato, a pesar del frío y de las amenazas de nuestro enemigo”, decía Karzai tras depositar su voto.
La sospecha de fraude también flota en el ambiente: Hay siete millones más de tarjetas electorales que de votantes, y la mayoría de los observadores extranjeros abandonaron el país tras el atentado contra el hotel donde se hospedaban.
Los tres candidatos favoritos también han votado ya:
Zalmai Rasul, médico y exministro de Transportes y Exteriores, que cuenta con el apoyo de Karzai.
El antropólogo Ashraf Ghani, con un importante perfil internacional, pertenece, como Rasul, a la etnia pastún, mayoritaria en el país.
Abdulá Abdulá, oftalmólogo y también exjefe de la diplomacia afgana, se retiró de los comicios de 2009 tras ser derrotado por Karzai, y denunciarlo por fraude.
Uno de los grandes retos del vencedor será cerrar un pacto de seguridad con Estados Unidos, que permita el mantenimiento de diez mil soldados en su territorio después de la retirada de las tropas de la OTAN prevista para finales de 2014.
Porque el apaciguamiento de la violencia talibán deberá ser otro de sus principales objetivos.
350.000 militares afganos velan por la seguridad de los votantes en todo el país.