La violencia en Afganistán preocupa y mucho a las autoridades de Kabul de cara las elecciones generales del sábado.
En la capital nuestro enviado especial ha podido ver cómo las fuerzas de seguridad, que se enfrentan a su primer gran reto tras la retirada de la OTAN, se esmeran en los registros: “Menos de 48 horas para las elecciones y la policía está en alerta máxima. En todas las calles y carreteras se para a los coches y se inspeccionan los que son sospechosos”, narra el periodista de euronews.
Los talibanes quieren boicotear las elecciones con sangre. El miércoles un atentado suicida en el ministerio del Interior mató a seis policías. Y en el norte los insurgentes mataron a 11 rehenes que mantenían secuestrados, incluído un candidato a la asamblea.
“Estoy satisfecho con estas inspecciones. Estoy un poco preocupado por la seguridad en las elecciones pero confío en Dios. También creo que los policías nos tratan bien”, decía este habitante de Kabul.
Un día antes, el martes, siete personas murieron en un ataque contra una casa de huéspedes de una ONG extranjera en la capital.
En todo el país los 95.000 soldados y 48.000 policías desplegados tratarán de evitar otra jornada como estas.
