El Plan de Salud de la Casa Blanca, conocido popularmente como Obamacare, ha alcanzado la meta de 7 millones de afiliados, superando todas las expectativas del Gobierno. Ayer a medianoche venció el plazo para contratar un seguro privado de acuerdo con la reforma y no enfrentarse a una multa.
“Siempre estaré dispuesto a trabajar con cualquiera que esté interesado en mejorar esta ley para que funcione mejor. Pero el debate sobre su revocación ha terminado. La Ley de Cuidado Asequible no se toca”, ha declarado el presidente estadounidense, Barack Obama.
Si se confirma el éxito de la operación, Obama y el Partido Demócrata podrían despojar a los republicanos, críticos tenaces de la ley, de una de sus principales bazas políticas de cara a las elecciones legislativas de noviembre, en las que la oposición aspira a hacerse con el control del Senado.
La ley promovida por el presidente Barack Obama establece que todos los estadounidenses deben de tener un seguro de salud o pagar una multa, a la vez que ofrece ayuda para aquellos que no tengan los medios para ello.
La oposición republicana considera que la reforma sanitaria aumenta los gastos del Estado y perjudica al sector privado de salud.