Manuel Valls, el hasta ahora titular del Interior, es el flamante primer ministro francés, tras la dimisión de Jean-Marc Ayrault y de su Ejecutivo.
El presidente François Hollande ha confirmado su nombramiento en un mensaje televisado. El cambio de gobierno es fruto de la histórica derrota del gobernante Partido Socialista en las municipales.
“Habéis expresado vuestro descontento y vuestra decepción. He venido aquí a deciros que he entendido vuestro mensaje porque es claro”. “He confiado a Manuel Valls la misión de dirigir el gobierno de Francia. Tiene las cualidades. Será un equipo más reducido, coherente y cohesionado, un gobierno de combate”, ha afirmado Hollande.
El Gobierno que dirigirá Valls tiene tres objetivos: devolver a Francia su fuerza económica, concentrarse en la justicia social y aumentar el poder adquisitivo de los franceses.
Pese a que es el político preferido por los franceses, el nombramiento de Valls, un socialista del ala derecha, despierta recelos entre la población.
“Como ministro del Interior, tenía que realizar ciertas tareas. Como primer ministro las tareas serán mucho más difíciles. Si es o no una buena elección, el tiempo lo dirá. De todos modos, le deseo valor”, dice un hombre.
“No es una persona de gestión, es más ofensivo. Y no es realmente lo que esperábamos, lo que esperan los franceses. Es decir, una crisis se gestiona con calma y cierta diplomacia, y Valls, cada vez que ha habido una crisis, ha pasado a la ofensiva”, considera una joven.
La composición del nuevo gabinete podría conocerse este martes. Los dos ministros ecologistas del Gobierno saliente se han desmarcado del nuevo Ejecutivo.
